Donde la fantasía se vuelve realidad

Complicaciones innecesarias

Mi idea principal era pintar un cuadro. Hacía tiempo q no lo hacía y me apetecía decorar mi salón con una obra hecha por mí misma. Pero lo único que había conseguido durante los treinta minutos que llevaba intentándolo, había sido borrones que habían acabado con mis nervios y arrugados en la papelera. De repente noté como una mirada penetrante me helaba la nuca. Me giré lentamente y descubrí a mi gato mirándome inquisitivamente, con ojos pesados y cara de aburrido. De pronto levantó el lomo y sin cambiar el gesto bajó del sofá, con un suave movimiento saltó a la mesa y se posó delante de mi. Me miró fijamente a los ojos. Por unos instantes pensé que quizás necesitaba algo de atención por mi parte y le dediqué una sonrisa. Él sin inmutarse, se levantó y con sus patas empujó varios botes de pintura que cayeron sobre el lienzo, y seguidamente se volvió al sofá donde se dispuso a dormir. Perpleja miré el lienzo pintado por mi gato, toda una obra de arte. Volví mi cabeza hacia donde se encontraba el felino, que dormía plácidamente.

Complicaciones Innecesarias, microrrelato basado en la capacidad que tenemos las personas de complicarnos la vida, frente a la simplicidad de ver la vida que, aparentemente, tienen los animales.

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