Donde la fantasía se vuelve realidad

Orgullo animal

Hacía días que me sentía sola, y decidí ir al zoológico para distraerme. Me habría gustado ir acompañada, pero nadie tenía ganas de salir conmigo. Una vez allí, lo primero que hice fue acercarme a la jaula de los gorilas, ya que había oído en las noticias que había un gran gorila blanco único en el mundo que valía la pena ir a ver. Estuve esperando más de tres cuartos de hora para que saliera el gorila de su escondite, y justo cuando me disponía a irme, oí como la niña que había estado a mi lado durante toda la espera, le decía a su padre con toda su alegría que el mono, por fin se había asomado. Me giré con toda mi ilusión para ver al famoso gorila y me quedé anonadada al ver que sus ojos me miraban fijamente. Se había fijado en mí. El gorila con su característica cara de pocos amigos, se me acercó y se paró justo delante de mí. Le miré fijamente y le sonreí. Al instante el mono se dio la vuelta y se sentó mirando hacia la pared. En ese momento entendí que todo el mundo se había puesto de acuerdo para darme la espalda.

Orgullo Animal, microrrelato básado en esos sentimientos de la vida, que por alguna razón, todo el mundo siente alguna vez: la soledad.

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