Tenía los ojos clavados en la flor, que se movía al son del viento, mientras su mente divagaba por los recovecos más difíciles de su cabeza. Recordaba viejos tiempos, cuando cualquier mínimo detalle se convertía en una enorme alegría. De repente se miró las manos. Ya era demasiado tarde para volver hacia atrás. El ritmo de las gotas de sangre cayendo sobre la moqueta era cada vez más débil. De pronto un golpe seco producido justo ante sus ojos, le abstrajo de sus pensamientos. Cuando pudo fijar su mirada en lo que había pasado, vio a su gato que intentando saltar de la mesa al suelo, había calculado mal la distancia y se había torcido un tobillo. Seguidamente el gato se dispuso a lamerse la pata y poco después pudo caminar tranquilamente. En ese instante vio claro que hay cosas en la vida que salen mal, pero que todo tiene solución. Todo menos lo que acababa de hacer. El descontrol mental le había llevado a cometer un error que le iba a costar muy caro. Pero ahora ya no había vuelta atrás. Se estaba agotando la sangre de sus venas, se le estaba agotando la vida...
Pensar antes de actuar, nuevo mircrorrelato aun sin publicar,básado en la incapacidad de pensar que sienten algunas personas ante las adversidades, y que nos da a entender que todo tiene solución, menos la muerte...
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